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miércoles, 14 de septiembre de 2011

¿Sabes qué?

+¿Sabes qué?
-¿Qué?

+¿Sabes qué?
-¿Qué? +¿Sabes qué?
-¿Qué?

+Que me pasaria la vida pregunte''Sabes qué'' para oir tu
voz.

Niña gentil que a la vida
despertaste alegre
ayer,
como en Oriente despierta
la luz al amanecer.

Niña, que del oro cielo
viniste al mundo a
caer,
como aljofarada gota
del nítido rosicler.

Y en inmaculada cuna
te remeciste
después,
como ilusión que se mece
del sueño al dulce vaivén.

Niña de cabellos de oro
y de labios de
clavel
Son de rosa tus mejillas
es de raso tu alba tez.

Es tu sonrisa inconsciente,
de ángel tu
mirada es,
y como brilla una estrella
brilla el candor en tu sien.

Dichosa tú que del mundo
pasando vas el
dintel,
sin sospechar que las flores
espinas tienen también.

En mi canto, bella niña,
le ruego al Dios de
Israel,
que la virtud de tus años
tierno, en otros te dé.

Para que ese mundo, nunca,
con su lodo y
fetidez,
ensucie de tu pureza
el blanquísimo glasé;

Qué siempre tú, mariposa
en primoroso
vergel
hueles y en las flores halles
ánforas ricas de miel;

Que dé calor a tus alas
el santo sol de la
fe,
y que jamás una espina
tus alas llegue a romper.
¿Sabes por qué no serás nunca
tú?
Porque...
no me miraste fijamente, con
descaro
, como sino hubiera nada más

no te acercaste a mi, siempre
estuviste en la sombra.

Porque por no hablar no me hablaste
ni de lo loco que estaba el tiempo los últimos días. Porque fuiste un
cobarde. Porque ni si quiera sabes de que color son mis ojos, porque nunca te
parecí interesante. Porque no me robase un beso más que en tu imaginación.Porque
te rendiste antes de empezar a jugar.

Soy lo que lo soy, una mujer
imperfecta, errante, tímida.
Una mujer que está buscando algo, sabrá
que es cuando lo encuentre, aunque quizás eso no llegue a ocurrir, quizás solo
buscaba a un héroe con una armadura dorada que la protegiera de los demonios que
la perseguían, quizás solo buscaba que la entendieran, que creyeran en ella y en
sus sueños.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Eres perfecta, niña


Miras las fotos de tus amigas. Son perfectas; sus cuerpos, son perfectos. ¿Por qué el tuyo no es así?

Y ellas no entienden. No entienden el dolor que tu corazón aguanta cada vez que te gusta un chico; porque él jamás te prestará atención, si no eres bonita y tienes buen cuerpo.

Ellas nunca comprenderán por qué lloras en silencio todas las noches, intentando que tu madre no te escuche, conteniendo las lágrimas, y con un gran nudo en la garganta. No saben por qué quieres gritar; de frustración, tristeza.

Ellas no saben que cuando te miras en el espejo, te deprimes y te auto-insultas.

Ellas no saben lo que es que un chico te diga 'gorda', 'fea'. No, no lo saben, porque ellas son bonitas.

Pero cariño, no te deprimas, no te auto-destruyas. Tú eres hermosa, por fuera y por dentro. Recuerda: el que menos demuestra, más siente. Y si te soy sincera... sientes demasiado. Demasiado, tanto que te duele.

No, tú eres hermosa, que no te importe lo que digan, no les hagas caso.
Ellos solo están celosos, porque tu alma es pura y perfecta.

Tú eres perfecta.

No me agrado.

¿Por qué no me quieres? ¿Talvez es por mis celos? ¿Porque soy aburrida al hablar?

¿Porque soy nerviosa? ¿Por qué?

¿Porque soy infantil? ¿Por mi color de cabello, de ojos? ¿Porque no soy inteligente? ¿Acaso es porque no me maquillo?
¿Porque no me gusta la música que escuchas tu? ¿Porque no me gustan tus amigos?
¿Porque no sé demostrar mis sentimientos? ¿Porque soy bajita?


¿Porque no tengo un buen cuerpo?

¿Es que acaso necesito ser bonita para que te fijes en mí?

Y no, no es eso; sé que no es eso. Lo que tu buscas es alguien con confianza, que sea astuta, que no se deje dominar, que no tenga miedo de decir lo que siente.
Simplemente necesito más confianza en mi misma.

Pero no puedo, no me agrado.

Aquella niña [5]

“¿Sabes? Creo que estoy moderando mis golpes, hace mucho que no te pego”.

Él te mira por un momento y vuelve a mirar a su amigo. No le importa lo que digas, jamás le importará. No sigas hablando.

Niña, deja de degradarte. Deja de arrastrarte por el suelo, sujeta a sus pies, intentando llamar su atención; nunca la conseguirás.
Deja de llorar por las noches pensando en él; no lo hagas, te haces daño.

Simplemente dí lo que sientes y olvídalo.

Se que estoy siendo dura, pero no entiendes. Él no te quiere, nunca lo hará de la manera en que tu deseas.

Olvídalo.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Aquella niña [4]

“Auch” te quejas, “auch, detente”.

Y él no para, simplemente te pellizca en tus dos brazos, en la parte mas sensible que pueda encontrar. A tu lado esta tu amiga, pero ella esta enfrascada en una conversación con otro compañero, y no se da cuenta de que lágrimas comienzan a salir de tus ojos. Él chico se va sin saber lo que te causó.

Lentamente, apoyas tu frente en el hombro de tu amiga.

“¿Estás bien? ¿Estás... llorando? ¡¿Qué pasa?!”

Tú mientes: "Es sólo que... Theodore me pellizcó... y dolió... y..." y continúas llorando.

Si, los pellizcos te duelen, pero no por eso lloras. La razón de tu llanto es que esos pellizcos te los propino él. Duele que no le importes, duele que te pegue. Duele que sea él quien lo haga. Duele que no te quiera.
¿Por qué? ¿Por qué? Te preguntas. Y sabes la respuesta. Tú también haces lo mismo, lo pellizcas y a él le duele. Ah, el karma se te hace presente, joven niña. Tu amiga va a buscar a Theodore para reclamarle que te ha hecho daño. Tú solo te limpias las lágrimas de tus ojos, intentando que el rimel no se corra demasiado.
Ya era la última hora de clases, así que ya casi salían. Tú, mientras tanto, simplemente ignoraste a Theodore y sus disculpas.
Ya afuera de la escuela, en la entrada, el volvió a pedirte disculpas.

“¡Muérete!” ¡No! ¿Por qué dijiste eso? ¿Por qué le dijiste que se muera, sabiendo que solo quieres abrazarlo y besarlo desesperadamente diciéndole que no se preocupe, que no fue mucho, que le perdonarías cualquier cosa? Y él no se rinde; te agarra de la cintura por detrás y te susurra en el oído.
“¿Me perdonas?” Y te besa muchas beses en tu mejilla. Y te entran ganas de llorar, ¡te esta besando!
Y no puedes resistirte más.
“Sí, te perdono, pero no vuelvas a hacerlo”.
 
Y, para lamento tuyo, te suelta y se va con Lisse. De nuevo te invade la sensación de que solo juega contigo cuando esta aburrido.