Disclaimer: Harry Potter no me pertenece, su autora original y dueña es J.K.Rowling y sus socios comerciales. No lucro con esto, solo me divierto y bla, bla, bla.
Pairing: ¿Drarry?
Genero: ¿Angst?
Advertencia: ninguna.
Harry empieza con un sentimiento incondicional hacia Draco resultado de sus noches en soledad en Hogwarts.
Harry lo había meditado mucho. Y es que eso necesitaba ser meditado. Ya que no todos los días encuentras que te has enamorado nada más y nada menos, que de tu peor enemigo. Muchos, y digo muchos, lo habrían tomado mal, muy, muy, muy, mal. Pero Harry no era así. Harry callaba, meditaba, y luego opinaba. Era alguien que no se escandalizaba por cada cosa sorprendente que vea o sienta. Y es que, estar enamorado de quien menos te los esperas no es nada comparado con tener a un mago maniático, asesino y sádico detrás de tus narices todo el tiempo.
Aunque al principio, lo haya sorprendido. Luego del shock inicial, se acostumbro.
Tampoco es que tuviera muchas opciones de personas de las cuales enamorarse. Primero, estaba Hermione. Ni loco. Era su amiga, solo su amiga. Luego Ron. ¿Acaso debo decir alguna razón de porque no quiere que sea Ron? Despues, estaba Ginny. Sin duda era una hermosa chica, pero no, aunque no sabe porque, las pelirrojas no le iban. Y aun estaba Cho. Definitiva y rotundamente NO. Ya lo había intentado y no funciono para nada.
Y un día, de repente, caminando tranquilo por el pasillo (obviamente a horas inapropiadas. Claro, siempre debajo de la capa de invisibilidad, ya que los prefectos, incluidos Hermione y Ron, hacían su ronda a esa hora), choco con alguien. Se levanto del suelo dispuesto a ayudar a la persona que estaba tirada. Ya no había mas que hacer, con el choque, la capa se había caído al suelo y el estaba descubierto. Le tendió una mano a la "misteriosa persona" antes de escuchar una prodigiosa, melodiosa, y dulce (nótese el sarcasmo) voz.
- ¡¿Que diablos crees que hacer Potter? –Rugió, más bien, siseo, el rubio-. ¿Y que carajo haces aquí a horas inapropiadas? Ya veras cuando se lo diga a Snape, te ganaras un castigo yo me reiré en tu cara, viendo como limpias los calderos por una semana. Quedaras completamente sucio, bueno, mas de lo que ya estas.
- Gracias Malfoy por tu sinceridad, pero ahora… -Dijo mientras recorría con la vista el pasillo en busca de su capa-. Debo irme –Y la encontró. Allí en una esquina. Fue y la tomo. Pero antes de que pudiera darse cuenta, estaba acorralado en la pared con un Malfoy a centímetros de su cara-. ¡Quítate huron! –Dijo mirándolo a los ojos.
- Ah, no, cara-rajada. A mi nadie me ignora –Lo amenazo. Pero no se dio cuenta de que Harry no lo escuchaba, se había quedado embelesado con sus ojos. Ojos grises con un toque azulado, que hermosos pensó. Y Malfoy lo seguía insultando sin darse cuenta de que Harry no le prestaba ni la más minima atención.
Pronto Harry se encontró contemplando el rostro de su enemigo. Sus labios, pequeños y rojos. Su nariz, algo respingada y pequeña. Sus cejas, finas, ahora curvadas por el enojo. Su cuello, largo y blanco. Sus mejillas, pálidas, ahora con un toque carmesí por toda la ira que estaba conteniendo. Sus pestañas, tan largas que parecían femeninas. Que guapo…
¡¿P-pero que estoy pensando? Malfoy NO me parece guapo. Pero… Oh dios, esos ojos son tan… agh ¡NO!... pero… lind- ¡Horrible! Si, si. Eso fue lo que quise decir… lindo… hermoso… seductor… infantil… Oh Dios mío, por favor alguien dígame que yo NO pensé eso… Oh, si lo pensé…
Y eso fue más o menos lo que paso. Luego de encontrar contemplando a Malfoy por tantos días, en su cama, con los doseles cerrados… se dio cuenta. El estaba enamorado de Draco Malfoy. Un incondicional amor. Y que aun sabiendo que su padre es mortifago y pronto lo será, lo ama. Lo ama en silencio… en secreto.
Claro, hasta que un día, sea un secreto a voces.
Pairing: ¿Drarry?
Genero: ¿Angst?
Advertencia: ninguna.
Harry empieza con un sentimiento incondicional hacia Draco resultado de sus noches en soledad en Hogwarts.
Harry lo había meditado mucho. Y es que eso necesitaba ser meditado. Ya que no todos los días encuentras que te has enamorado nada más y nada menos, que de tu peor enemigo. Muchos, y digo muchos, lo habrían tomado mal, muy, muy, muy, mal. Pero Harry no era así. Harry callaba, meditaba, y luego opinaba. Era alguien que no se escandalizaba por cada cosa sorprendente que vea o sienta. Y es que, estar enamorado de quien menos te los esperas no es nada comparado con tener a un mago maniático, asesino y sádico detrás de tus narices todo el tiempo.
Aunque al principio, lo haya sorprendido. Luego del shock inicial, se acostumbro.
Tampoco es que tuviera muchas opciones de personas de las cuales enamorarse. Primero, estaba Hermione. Ni loco. Era su amiga, solo su amiga. Luego Ron. ¿Acaso debo decir alguna razón de porque no quiere que sea Ron? Despues, estaba Ginny. Sin duda era una hermosa chica, pero no, aunque no sabe porque, las pelirrojas no le iban. Y aun estaba Cho. Definitiva y rotundamente NO. Ya lo había intentado y no funciono para nada.
Y un día, de repente, caminando tranquilo por el pasillo (obviamente a horas inapropiadas. Claro, siempre debajo de la capa de invisibilidad, ya que los prefectos, incluidos Hermione y Ron, hacían su ronda a esa hora), choco con alguien. Se levanto del suelo dispuesto a ayudar a la persona que estaba tirada. Ya no había mas que hacer, con el choque, la capa se había caído al suelo y el estaba descubierto. Le tendió una mano a la "misteriosa persona" antes de escuchar una prodigiosa, melodiosa, y dulce (nótese el sarcasmo) voz.
- ¡¿Que diablos crees que hacer Potter? –Rugió, más bien, siseo, el rubio-. ¿Y que carajo haces aquí a horas inapropiadas? Ya veras cuando se lo diga a Snape, te ganaras un castigo yo me reiré en tu cara, viendo como limpias los calderos por una semana. Quedaras completamente sucio, bueno, mas de lo que ya estas.
- Gracias Malfoy por tu sinceridad, pero ahora… -Dijo mientras recorría con la vista el pasillo en busca de su capa-. Debo irme –Y la encontró. Allí en una esquina. Fue y la tomo. Pero antes de que pudiera darse cuenta, estaba acorralado en la pared con un Malfoy a centímetros de su cara-. ¡Quítate huron! –Dijo mirándolo a los ojos.
- Ah, no, cara-rajada. A mi nadie me ignora –Lo amenazo. Pero no se dio cuenta de que Harry no lo escuchaba, se había quedado embelesado con sus ojos. Ojos grises con un toque azulado, que hermosos pensó. Y Malfoy lo seguía insultando sin darse cuenta de que Harry no le prestaba ni la más minima atención.
Pronto Harry se encontró contemplando el rostro de su enemigo. Sus labios, pequeños y rojos. Su nariz, algo respingada y pequeña. Sus cejas, finas, ahora curvadas por el enojo. Su cuello, largo y blanco. Sus mejillas, pálidas, ahora con un toque carmesí por toda la ira que estaba conteniendo. Sus pestañas, tan largas que parecían femeninas. Que guapo…
¡¿P-pero que estoy pensando? Malfoy NO me parece guapo. Pero… Oh dios, esos ojos son tan… agh ¡NO!... pero… lind- ¡Horrible! Si, si. Eso fue lo que quise decir… lindo… hermoso… seductor… infantil… Oh Dios mío, por favor alguien dígame que yo NO pensé eso… Oh, si lo pensé…
Y eso fue más o menos lo que paso. Luego de encontrar contemplando a Malfoy por tantos días, en su cama, con los doseles cerrados… se dio cuenta. El estaba enamorado de Draco Malfoy. Un incondicional amor. Y que aun sabiendo que su padre es mortifago y pronto lo será, lo ama. Lo ama en silencio… en secreto.
Claro, hasta que un día, sea un secreto a voces.
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